sábado, 25 de mayo de 2013

LUNA LLENA SAGITARIANA CON ECLIPSE EN EL MES DE GÉMINIS: en la carta de la Argentina

LA LUNA DEL ECLIPSE ANULAR DE LUNA, DE ESTE 25 DE MAYO DE 2013,  
CAE A 4 GRADOS DE SAGITARIO, HACIENDO CONJUNCIÓN A URANO EN CASA DOS, 
DE LA CARTA DE LA ARGENTINA.

LA INTERESANTE Y TRIPLE CONJUNCIÓN A 19 GRADOS DE GÉMINIS ENTRE VENUS, MERCURIO Y LILITH, CAE SOBRE EL EJE NODAL (TAMBIÉN EN LA ZONA DOS/OCHO DE LA CARTA)....







ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE ESTOS CONTACTOS.

Es obvio que queda señalado el eje dos/ocho (recursos materiales propios y compartidos) de la Carta de la Argentina. En la casa dos tiene a Urano a 7 grados y el nodo sur a 15 grados de Sagitario; en la casa VIII tiene el nodo norte a 15 de Géminis.

En una propuesta que hice acerca de "hipótesis de núcleos planetarios" que expresaran modalidades del colectivo social argentino, hay uno que se centra en esta zona:

NÚCLEO TRES: SINGULARIDAD MATERIALIZADORA Y CREATIVA

Fórmula técnica para los astrólogos







Traducción para todos
Saturno en Acuario en casa cinco (en oposición a Marte en Leo)
Urano en casa dos

Intento de descripción del núcleo
Este núcleo nos dice que en la representación colectiva llamada Argentina hay un componente indudable de singular creatividad. Y cuando digo “singular” quiero decir creatividad atípica, diferente; no estoy diciendo “única”. Nos dice además que esta creatividad está ligada a la necesidad de materializar, de hacer algo concreto y maduro con ella.

Agregando a lo anterior un par de frases comunes, todos podemos reconocer lo siguiente, como rasgos compartidos de nuestra sociedad:

CARA
  • FORMULACIONES SOCIO-ECONÓMICAS INNOVADORAS
  • CREACIÓN Y USO DE REDES (SOCIALES Y CIBERNÉTICAS)
  • PRODUCCIÓN ARTÍSTICA DE VANGUARDIA
Hemos dado a lo largo de la historia muchas respuestas creativas y singulares. Se vio desde la gesta de Mayo de 1810, donde una sociedad situada en el extremo del mundo, estaba a la vez cuidadosamente informada de los sucesos europeos y supo sacar provecho de ello.

Luego tuvimos otras aventuras políticas, sociales y culturales. La creativa estrategia libertadora de San Martín fue una de ella. Y quizá la famosa Generación del 80 (la del siglo XIX, la de 1880) exprese la mayor cantidad de esos emprendimientos creativos que abrieron un surco singular en nuestra historia. Por ejemplo, la inmigración europea que -con todas sus ventajas y desventajas- dejó una impronta al diferenciarnos de casi todos los otros países de Sudamérica en materia de composición poblacional. De esta inmigración (de la que provienen muchos de nuestros bisabuelos, abuelos y padres “descendientes de los barcos”, al decir de un famoso escritor mexicano)...¡nacieron tantas cosas por las cuales todavía hoy somos conocidos en algunas partes del mundo! Por ejemplo, la educación obligatoria extendida a todos los descendientes de esos mismos inmigrantes, que nos transformó en esta curiosa sociedad de “gente informada y culta” que tanto asombra a los visitantes extranjeros. La de las letras y las artes, la de la investigación científica, que dio al mundo nombres de los que gustamos enorgullecernos, porque nos permite sentirnos “como si fuéramos del Primer Mundo”. Por supuesto, tanto la generación del 80 como otros momentos ultra-creativos de la historia argentina, siempre mostraron un contrapeso egoísta y cruel, por lo general ligado a la xenofobia o a una inclinación clasista extrema escamoteada tras los gestos “modernosos” de nuestra extendida clase media. Pero esto es motivo de descripción de otros dos núcleos.

Podríamos seguir citando invenciones vernáculas, luego adoptadas “por el mundo”, como los logos de Evita y el Che, los cuentos y poemas de Borges, los pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo, los cacerolazos y la resistencia ante los burócratas del FMI, la osada fórmula político/económica que nos llevó a salir de la deuda externa y que ahora otros países del mundo miran con sumo interés. Cabe a veces preguntarse cómo un país tan austral, tan alejado de los centros de decisión y de poder, puede introducir de manera tan efectiva símbolos del cambio social y político, construir estéticas de pregnancia universal como el tango o diseñar estrategias políticas o económicas heterodoxas y funcionales al mismo tiempo.

Durante los últimos días de lo que fue aquel doloroso año 2001, varios diarios de Europa intentaban describir la mecánica de una alternativa económica curiosamente creativa, surgida durante esta crisis: los clubes del trueque. De allí en más, los emprendimientos en red son los que contuvieron en gran medida la sangría económico-social de los últimos tiempos. ¿Quién los organiza, cómo, a partir de qué modelo? No se sabe bien cuál es el combustible de base, pero es un hecho que las redes y los emprendimientos comunitarios siguen brotando hasta el presente, en la Argentina, como hongos, desde el cierre de la década de los noventa, tan individualista y “cholula”. En el momento actual, constituyen la base de la renacida militancia política juvenil y obviamente son objeto de deseo de muchos partidos políticos. También es cierto que el diseño de redes arranca con mucha creatividad inicial pero suele terminar con un par o como mucho tres o cuatro individualidades sosteniendo el emprendimiento en su conjunto, pero de nuevo: en esto veremos el contrapeso de otros dos núcleos de la carta.

Ahora bien: lo que cuesta creer, es que rasgos como el del “vivillo” o el del “chanta” (argentinismos equivalentes al “pícaro” de las letras españolas) tengan que ver también con este núcleo. En efecto, estos arquetipos constituyen su cara sombría y se nutren de la misma energía, sólo que en la modalidad del detrimento.

CECA
  • VIVEZA CRIOLLA
  • “ LA MANO DE DIOS”
  • “LO ATAMOS CON ALAMBRE”
Personajes de triste fama en el exterior como el argentino soberbio y sobrador, encarnan esta contracara del núcleo de la singularidad creativa. Lo más preocupante es que este arquetipo sigue siendo oscuramente valorado y admirado por nosotros. Durante la crisis del 2002, el éxito de la película “Nueve Reinas” -cuyo protagonista principal es un “rey de la transa” (o sea, de los negocios oscuros) - así lo corrobora. Incluso en la excelente película “Plata Dulce” de muchos años atrás, el personaje de Arteche –típico vividor y ladrón de guante blanco- se salva huyendo a Nueva York y dejando acá un tendal de pobres diablos que quisieron emular su trayectoria financiera, sólo que no pudieron.

Por supuesto que Maradona fue el mayor ídolo viviente capaz de encarnar ante todos –y ante el mundo entero- la ambigüedad de este arquetipo. Indudablemente talentoso y hasta podemos conceder que genial en su especialidad, su fama llegó al climax con un gol conocido como el de “la mano de Dios”. O sea, un gol con trampa, nada más y nada menos que ante los ingleses, los reyes históricos de la trampa y la piratería. Si bien en ese mismo campeonato Maradona brindó otro gol auténtico y realmente genial –que desde el punto de vista técnico será el que quedará validado como el gol del siglo- el que pasará a la historia a nivel masivo será aquel otro: el del “vivo jugador argentino” que se vanaglorió –él y su pueblo- de tan sagaz artimaña ante los ingleses.

Perfectamente podríamos decir: “pero ése es Maradona... ¿qué tiene que ver conmigo?”. Pues sí: tiene que ver con todos nosotros porque, lo reconozcamos o no, por lo menos así logramos ser vistos por el mundo. Lo lamentemos o no, momentáneamente no hay alguien que haga este tipo de ejercicios de pirotecnia creativa ante el mundo, por lo menos en lo futbolístico ya que el genial Messi cultiva un estilo mucho menos transgresor y con mucha menor resonancia mediática en lo que hace a sus conductas.

Durante la crisis del 2002 y en años posteriores, igual logramos instalarnos en algunas primeras planas del mundo por otro tipo de pirotecnia bochornosa: la de los que se creyeron vivos y astutos en el mundo financiero, y que luego terminaron comidos por su propio juego. De nuevo, aunque digamos que nada tenemos que ver con los banqueros de la época pre-corralito, con los economistas como Cavallo, o con políticos feudales como Menem, más aún, aunque protestemos diciendo que de hecho la crisis que ellos gestaron nos tuvieron a todos como sus víctimas, no podemos desligarnos de lo que hemos materializado a nivel colectivo. Nadie salió a retrucarle a estos personajes -en su momento y de manera efectiva- cuando aparentemente se llevaban el mundo por delante. Sólo cuestionamos y criticamos sus actos cuando empezaron a afectar los bolsillos de quienes antes preferían la negación de lo que se iba gestando por debajo. Por lo tanto, por apoyo o por omisión, el efecto deplorable del arquetipo del “chanta genial” -sea en el deporte, en la política o en el mundo de las finanzas- es de nuestra total incumbencia y responsabilidad.

En este año 2011 de recambio político algunos pensamos -o queremos creer- que muchas de estas tendencias fueron por lo menos reconocidas como peligrosas, y que en algunos sectores sociales y culturales se está intentando una mudanza de costumbres. Pero si no asumimos que estas modalidades no son sólo de quienes tenemos enfrente sino que infiltran inconscientemente toda la circulación social nacional, el peligro de retorno de estos arquetipos sombríos sigue siendo grande. La televisión continúa abonando una cantera ilustrativa, sobre todo en algunos programas ligados al divertimento masivo y liviano.

En definitiva y puesto que éste es el núcleo creativo del ADN nacional ¿estaremos obligados a seguir materializando desde la “chantada” y el infantilismo o estará ya llegando el momento en que empezaremos a hacerlo de manera efectiva y sostenida desde las redes y la solidaridad grupal?

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