viernes, 20 de marzo de 2015

ECLIPSE TOTAL DE SOL y EQUINOCCIO DE OTOÑO DEL HEMISFERIO SUR.

TODO ECLIPSE DE SOL OCURRE DURANTE UNA LUNA NUEVA
Hoy viernes 20 de marzo de 2015, a las 6:37 AM en la Argentina (9:37 AM gmt) la Luna y el Sol estarán en el mismo grado: 29:27 de Piscis, y poquísimos minutos después tendrá lugar el "ocultamiento total del Sol". 

UN ECLIPSE NO ES UN HECHO AISLADO, NO SE TRATA DE LA IRRUPCIÓN SÚBITA DE UNA SINGULARIDAD
Para nada. Un eclipse forma parte de un circuito: los babilonios, expertos desde hace milenios en el orden y la predicción de estos sucesos del Cielo, llamaron Saros a esas secuencias. 

Estoy trabajando desde hace varios años estos ciclos de Eclipses en las vidas personales de consultantes y alumnos -también en la mía- así como en las vidas de países y otros colectivos. Me parece indispensable este vehículo como vía práctica para que la conciencia planetaria resulte una experiencia vital y no quede solamente en resonantes propuestas. De esto también quiero hablar un poco más abajo.
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CÓMO SERÁ ESTE ECLIPSE, CUYO NRO. SAROS ES EL 120

La Luna tapará al Sol por casi 3 minutos, aunque este fenómeno sólo podrá ser visto en algunas zonas del Artico y de manera puntual, el eclipse alcanzará su punto máximo de visibilidad mirándolo desde las costas de las islas Feroe. Este es un pequeño archipiélago ubicado en el Atlántico Norte, entre Escocia, Noruega e Islandia y pertenece a Dinamarca.
O sea que será astronómicamente visible en el hemisferio norte y no en el nuestro. Pero astrológicamente hablando, nuestra hipótesis de base es que el orden del sistema amplio se reproduce por analogía en los sistemas incluidos; por ejemplo en nuestros psiquismos personales y en el así llamado psiquismo o inconsciente colectivo. Por eso apostamos que todo eclipse -y todo evento celeste- resulta a la vez perceptible a nuestra interioridad y que genera impacto en ella, aún si no estuviéramos atentos a su manifestación. Y que lo mismo ocurre con el inconsciente colectivo esto es, con esa especie de relato o guión del "teatro de la vida" que lo humano escenifica sobre el planeta Tierra.

Dijimos arriba que, para que haya Eclipse de Sol tiene que haber Luna Nueva (así como para que haya Eclipse de Luna tenemos que estar en una noche de Luna Llena; de hecho tendremos un Eclipse total de Luna dentro de 15 días, el 4 de abril).  Claro que no todos los meses hay eclipses. Tienen lugar dos veces por año cada seis meses y vienen así, en tandem -eclipse de sol y eclipse de luna- separados por 15 días. Su ritmo y orden de manifestación es algo maravilloso para investigar y/o vivir, nociones que en nuestra astrología de tradición organicista-esotérica resultan equivalentes.

MOMENTO EXACTO DEL ECLIPSE, VISTO DESDE BUENOS AIRES.
PARTICULARIDADES DEL MOMENTO: 
1) SÓLO ONCE HORAS DESPUÉS EL SOL ENTRARÁ EN ARIES (MOMENTO DEL EQUINOCCIO). 
2) HACE MENOS DE UNA SEMANA URANO Y PLUTÓN TERMINARON SU ÚLTIMA CUADRATURA CRECIENTE.



¿PUEDEN LOS ECLIPSES SER RITUALIZADOS y/o INTERPRETADOS A NUEVO? 
Propongo que "invocar para convocar", sobre todo haciéndolo en comunidad, actualiza este ritual milenario y lo trasvasa a la Era de Acuario. También propongo que -si la Vida necesitara de estas invocaciones convocantes nuestras- probablemente nos dará a leer indicios. Y si no las necesitara, estas lecturas quedarán como testimonios inofensivos pero bien intencionados.
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Durante algunos minutos previos y otros posteriores a las 6:37 hora argentina (9:37 UT) podemos meditar en el silencio y el vacío de la mente, quedando lo más en blanco que nos sea posible. Si existieran residuos emocionales que impidieran el reencendido consciente de la fuente solar que nos alimenta, ojalá estas invocaciones colaboren con la limpieza, nuestra y de quienes lo necesiten. 

Sentimos también la necesidad de relacionar estas invocaciones con una interpretación astrológica positiva, blanca, luminosa, que salga del corazón, pero que a la vez sea el intento de una lectura lo más rigurosa posible. Que no sea un invento o un producto new age infantil; que se pueda sostener desde el rigor de la simbolización y que se la pueda mostrar como plausible.

Si interpretamos con apertura qué rol juegan la Luna y el Sol en todo eclipse, quizá podamos invocar esa energía desde el corazón y la mente de cada uno, así como desde el corazón y la mente de cada grupo, país o el planeta entero, para que esa síntesis potencie nuestra vibración invocatoria. Intentemos que salga desde el cardíaco y la coronilla y no desde el plexo. Desde el ser y no como un deseo meramente eufórico o hechizante de nuestras personalidades.

Invoquemos entonces para que, individuo a individuo y desde la solaridad de cada uno, toda la humanidad tenga la oportunidad de afinar, reencender y potenciar la percepción consciente sobre el viaje colectivo humano, planetario y del sistema solar.

UN ESTADÍO DE DISOLUCIÓN PISCIANA EXTREMA... A POCO DE ARRANCAR ARIES
En los tres rituales de los grupos de Aráoz -en los que nuestra comunidad de alumnos invocará y convocará- usaremos nuevamente un material que he heredado desde mis épocas docentes en Casa XI. Me refiero a las visualizaciones o imágenes guiadas del Zodíaco, diseñadas por Eugenio Carutti. 

Nada mejor para este ritual que volver a colocarnos en el hiato entre ese océano envolvente y profundo -pisciano- que parecía no tener fin, y la irrupción ariana a todo o nada que surgía de sus profundidades. En este caso, la etapa de disolución pisciana puede ser invocada como mucho más lenta y envolvente que lo habitual. No es poca cosa que un eclipse total de Sol toque precisamente ese grado del mandala, el más pisciano de los grados. Casi casi... en el riesgo de la entropía; la situación limítrofe en la que la limpieza de los residuos más resistentes pueda entrañar como posibilidad el agotamiento de la energía de retorno de la fuerza solar. 

Opino que es preciso asumir ese riesgo con decisión y valentía porque en la saliente Era de Piscis, necesitamos como humanidad mirar cara a cara los vestigios más arcaicos y resistentes de nuestras fascinaciones neptunianas, allá abajo y en lo profundo de nuestro ser colectivo. Con el riesgo de quedar capturados por el hechizo de ese pasado milenario.
Habrá que tolerar que la pantalla -la conciencia- también se apague en este sector, dejarla en blanco por unos minutos, e invocar la presencia de nuevas cualidades que sumen al bagaje anterior. 

Y luego, cuando se invoque la energía de salida, concebirla como un movimiento de la Vida misma, del instinto de supervivencia de la evolución misma. No como una opción voluntaria de nuestro psiquismo: "ahora voy a arrancar arianamente porque así me lo he propuesto". 

Sería por el contrario algo así como: "algo está arrancando -o rearrancando- desde las profundidades más abismales porque existe un pulso que excede a todas las formas vivientes, que las precede, que las incluye... y que pide pista de nuevo porque el movimiento opuesto -la disolución- ya agotó su tarea". No depende por lo tanto de ninguna voluntad particular. Este rearranque a todo o nada es un pulso instintivo de la Vida misma que pide más Vida, porque llegó a las orillas mismas de su opuesto vital: la disolución de la Muerte.

LA CARTA DEL EQUINOCCIO DE OTOÑO PARA EL HEMISFERIO SUR, ES LA QUE SIGUE (CALCULADA PARA BUENOS AIRES)


CON LA CUADRATURA URANO-PLUTÓN YA ASENTADA: LA ELOCUENCIA DE LOS CICLOS Y SUS FASES
Hace una semana, el baile entre ambos planetas en su ángulo de 90 grados (cuadratura creciente) ya no volverá atrás. Todo lo que arrancó a partir de octubre de 1965 en relación al "nuevo orden planetario" de la creatividad y la transformación, nos ofrece ahora su primera forma. Quizá no podamos decodificar todavía su mensaje pero si sintetizamos cíclicamente este tránsito con todo lo que AL MISMO TIEMPO vienen a ofrecernos el eclipse total de sol en Piscis y el arranque de Aries, quizá podamos conformar en nuestro interior una propuesta de creciente nitidez.

Formo parte de los astrólogos que ligan el mojón del año 1965 -en relación a la conjunción de Urano con Plutón- con la naciente Era de Acuario. Quizá estos momentos sean los primeros atisbos de una forma embrionaria pero forma al fin... de la deriva extensa que deberemos recorrer como humanidad en estos dos mil años de la era acuariana que recién comienza. Siento esta oportunidad de síntesis cíclica como -y lo digo en el buen sentido- la "pérdida de la inocencia", como un tirón de crecimiento del alma del reino de lo humano. Crecer es doloroso: a veces parecemos querer estancarnos en la eterna infancia de la especie. Pero imagino a la Vida diciéndonos:"obviamente ya no eres una niña, Humanidad... ya no podrás volver a ponerte esas ropas ingenuas ni jugar con muñecas".

Observemos en el siguiente cuadro cuánto duran estos ciclos de relación entre Urano y Plutón: de 110 a 115 años. Un lapso suficiente como para el recambio a todo o nada (Plutón) de la creatividad y la libertad humana (Urano). Que la conjunción del ciclo actual se haya dado en Virgo podría simbolizar que el campo de experiencia de esa ecuación, en esta etapa de la humanidad, serían la potencia y la creatividad de la mente humana. Por eso solemos llamar a la generación nacida en esos años como "la generación Matrix".



EL PULSO "SAROS" DE LAS DISTINTAS LÍNEAS DE ECLIPSES
Vimos que cada año trae dos tandas de eclipses, separados por unos seis meses. En cada tanda hay siempre un eclipse de sol y la mayoría de las veces también uno de luna, 15 días antes o 15 días después. A veces los eclipses de luna se duplican, a veces (muy pocas) no están. Pero los de sol están siempre, cada seis meses.

Ahora bien: cada eclipse (tanto de sol como de Luna) pertenece a una especie de "club" o Saros. Esta es una línea de recurrencia que CADA 18 AÑOS muestra un eclipse de su grupo, separados unos de otros a la vez por 11 grados del zodíaco.

El eclipse actual forma parte de la línea Saros 120 que arrancó en el año 933, con epicentro en la Antártida, y terminará en el 2195 en el Polo Norte. Cada 18 años a lo largo de esos ciclos, se ubicó un eclipse y uno de ellos es el llamado Eclipse Pre-natal de la gente que está cumpliendo años entre mañana y el 12 de octubre, pero no cualquier cifra. Sólo los que están cumpliendo 18, 26, 54, 72 o 90 años. Y también de los nonatos que estén aún en la panza de su madre.

Estas extensas agrupaciones que juntan a personas de diversas generaciones, son un material maravilloso para la lectura y la alquimia astrológicas. Venimos rastreando también los eclipses previos al nacimiento, hacia atrás, ubicando sucesos históricos en cada mojón del pasado, en particular en el año del arranque de la serie (Saros). Esta tarea permite un trabajo arquetípico con la historia de cada persona, aportando una metodología que a veces colinda con la exploración de las "vidas pasadas". Aclaro que no confiero a esta expresión un significado literal sino simbólico.

Este año apareció en dos de los grupos de egresados otra exploración paralela: ahondar el significado del lugar en el cual se verifica el epicentro del Eclipse y su relación simbólica con la historia de cada persona. No salimos aún de nuestro asombro por la alta coincidencia en términos de resonancias y sincronicidades, de esos lugares geográficos con las respectivas historias arquetípicas. Esta investigación en curso continuará y por ahora sólo estoy presentando sus titulares generales, pero estimo que formará parte de un programa de profundización y aporte para una astrología planetaria del siglo XXI.

¿QUÉ TIPO DE MEDITACIÓN O REFLEXIÓN PODRÍA AYUDARNOS DURANTE UN ECLIPSE?
La mejor meditación para un eclipse solar es invocar primero algunas imágenes, por ejemplo, algunas de las que más arriba hemos descripto. Dejar que se distribuyan en nuestro interior, que se muevan espontáneamente. Y en el momento exacto del eclipse ... generar un vacío en nuestras mentes para que desde lo abierto, se complete el recorrido o guión nuevo de esa instancia creativa interior.

Desde luego que esta ritualización podrá hacerse también en días posteriores, ya que el orbe o radio de alcance de la vibración del eclipse -según varios autores- se puede extender por semanas.

El eclipse de Sol, en relación con nuestro psiquismo, tiene que ver con la conciencia y la apertura de la intuición, con el farol que intentamos mantener encendido a lo largo de nuestro camino de individuación. Periódicamente éste se oscurece, como cuando la tea encendida es recambiada para que el fuego no se apague; esto ocurre mes a mes, en cada Luna Nueva.

Cuando se suma un eclipse de Sol a esta Luna Nueva, hay un plus: el apagón es más conmocionante, esto es, más desafiante para nuestra conciencia. Para facilitar la noción, en clase suelo usar este ejemplo: si nuestra conciencia fuera la pantalla de la computadora, ésta cada tanto se oscurece cuando desde "la red" se nos pide resetear el sistema; generalmente ocurre cuando hay que actualizar programas nuevos, muchos de ellos provinientes de zonas de la gran red cibernética de la que, como usuarios, la mayoría de nosotros no tiene la menor idea acerca de su existencia y funcionamiento. Eso sí: hemos aprendido a tolerar ese apagón momentáneo de la pantalla o de la computadora, en el entendimiento de que es necesario para la ampliación de nuestros programas en uso. Claro que... un cierto escozor sentimos, porque no sería la primera vez que se los "tilda" y que volver a iluminar la pantalla y a poner todo en funcionamiento nos cuesta enorme trabajo.



El eclipse de Sol oscurece momentáneamente el contacto consciente con la fuente de la que emana nuestra conciencia de ser, nuestro centro irradiante. Parece un salto cualitativo, ligado a lo uraniano tal como lo entendemos en su sentido evolutivo: algo queda suspendido, entre paréntesis, fuera del tiempo y el espacio, hasta que retomamos el camino. Y cuando lo hacemos, sin recordar lo que pasó en el medio, ya somos otros. 

Si nos asustamos, si nos estancamos emocional y mentalmente, entonces ocurre lo que la astrología tradicional "predice" habitualmente para los eclipses solares: acontecimientos enojosos a veces extremos, achicamientos varios, situaciones de reducción de fuerza y energía físico-psíquica, proyectadas en acontecimientos de nuestra vida cotidiana, e incluso de la vida comunitaria y social. Aparecen como de costumbre las profecías auto-cumplidas que no son sino esto: anticipaciones generadas por el miedo de nuestra especie mamífera, que luego ocurren y generan consecuencias. Hipótesis auto-predictivas.

Si no nos asustamos, permitimos que "algo" del sistema amplio, desde el centro mismo del sistema -el Sol- amplíe nuestra conciencia. Claro que eso ocurrirá luego, y en los momentos previos y durante al eclipse solar no tiene sentido esforzarnos por sentirnos armónicos y satisfechos, como si se tratara de un tránsito de Júpiter. Estamos en pleno apagón, luego en pleno reencendido y el correlato psicológico puede ser de inquietud, angustia, perplejidad extrema ... pero el riesgo vale la pena. De lo contrario, los frutos de nuestra conciencia se hacen repetitivos, rígidos, encuadrados y dogmáticos.

INVOQUEMOS ENTONCES, Y A ENTREGARNOS
"Si la Vida necesitara algún aporte nuestro, en tanto que astrólogos capaces de interpretar estos signos en el cielo, seguramente nos entregará sucesos a leer como mojones". Notemos qué diferente es esta predisposición, a la creencia tradicional de que es posible predecir sucesos puntuales antes de la formación del eclipse. Claro que la "casuística" ayuda y podemos elaborar hipótesis. Pero es diferente a situarnos en la (generalmente ingenua) posición de lectores privilegiados de las estrellas, capaces de leer de antemano "lo que va a pasar".

Que nuestras lecturas sean en lo posible positivas, blancas, cultivadoras de la inofensividad y salgan del corazón. Que sean intentos de "lecturas en contacto" pero a la vez rigurosas y con disciplina investigativa.

Si entre varios invocamos algo positivo durante un eclipse de sol, reforzaremos que cada uno reencienda su farol, y que la red de fuegos singulares se acreciente y potencie.

LOS ECLIPSES EN NUESTRAS CARTAS NATALES
Es sumamente enriquecedor meditar y reflexionar el ritmo de los eclipses, aplicados a nuestros temas natales. Esto lo hacemos sólo en grupos de egresados o por lo menos en los grupos de cuarto año, ya que pide haber pasado por la temática de ciclos, tránsitos y la matriz del tiempo.

Para quienes aún no tengan tantos conocimientos, alcanza con que observen el grado en el cual se hace el eclipse (29:27 de Piscis en este caso) y en qué casa de la carta natal cae. Desde allí, quizá con algo de ayuda por parte de algún astrólogo amigo, se podrá ligar esta información a los sucesos de la vida cotidiana y de nuestros vínculos, que pueden preocuparnos. Y aprovechar para limpiar malentendidos, madurando esa zona vibratoria destinada a algo más que a repetir miedos y condicionamientos "mamíferos".
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LES DESEO A TOD@S UNA BUENA CONEXIÓN CON EL ECLIPSE SOLAR Y OJALÁ QUE...
... los astrólogos de mayor experiencia podamos aportar nuestra práctica sin olvidar nuestra muy humana pertenencia, evitando sugestionar o hechizar a consultantes y alumnos con los gestos inconscientes dictados por el arquetipo del mago.

...Que en nuestro país en su año electoral podamos activar el debate valiente de propuestas, no confundiendo éste con aniquilar o manipular oscuramente al adversario político. 

...Que a los argentinos no nos desuna lo que más riqueza podría aportarnos: no las divisas ni una ficticia "abundancia" financiera, sino el crecimiento ligado a la solidaridad.

... Que en las zonas del planeta donde el dolor y la crueldad extrema asentaron sus garras, la sensación de haber tocado fondo en estos abismos humanos inconcebibles aporte fuerzas para el retorno del fuego y de la luz.

Bendiciones para todos
Olga Weyne

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FUENTES
Jansky, Robert Carl: “Interpretación de los Eclipses”, Málaga, Ed Sirio, 1988.
“ “ “ : “The Eclipse as a Tool in Prediction”, Astrology Now, 1976