lunes, 13 de julio de 2015

ASTROLOGÍA, HISTORIA Y POLÍTICA: DESCUIDOS Y DESPROLIJIDADES

RELATAR ES OPTAR (*)

Estamos comprendidos en sistemas incluyentes, a la manera de las famosas cajas chinas o las mamushkas. Somos la síntesis de varios -muchos- ciclos y no sólo de la rotación de la tierra o de su traslación en torno del sol. Atestiguamos la complejidad de un diseño abierto y tendiente a lo infinito, a la vez que sujeto a un orden ineludible.
A quienes intentamos leer, conectarnos con - o vivenciarnos como- sistemas en movimiento, no nos convoca la astrología del fragmento o de algún ciclo planetario suelto. Cuándo ésta es la metodología pero sobre todo cuando no se explicita su intención, resulta sospechosamente conveniente para la corroboración de posiciones personales del astrólogo (no reconocidas ni expuestas previamente).

Ahora bien: si de antemano se explicitara el inevitable ángulo de mira o la inevitable intención del astrólogo, entonces todo cambiaría y no habría en ese caso reparo alguno para usar cualquier método (consistente) de análisis. De manera consciente o inconsciente, todo el tiempo elegimos y seleccionamos y lo hacemos en función de las miradas o creencias que aplicamos a lo que supuestamente acontece (o creemos que nos acontece) y que comunicamos a través de nuestros relatos.


Es sobre este previo recorte o selección donde aplicamos lecturas interpretativas de dichos acontecimientos. Si decidimos que eso ocurrió "por tal causa o motivo", implícitamente estamos decidiendo que es porque no ocurrió de otra manera. No existe la posibilidad de no optar cuando interpretamos o dotamos de sentido y significación a "lo que ocurre o lo que nos ocurre", o sea, cuando relatamos; en particular cuando se transitan temas contemporáneos que nos atañen como ciudadanos. 

Estos y otros gruesos errores metodológicos, con sus penosas consecuencias, injustamente recaen luego sobre toda la comunidad astrológica, desprestigiando a nuestra profesión. 
Ver al respecto: Compañeros de viaje incómodos. Aquí relato una situación originada en un comentario que subí ayer, 12 de julio 2015, a mi muro de facebook, que suscitó cierta controversia.

Tanto en lo personal como desde el colectivo astrológico del que formo parte - Astrólogos Argentinos Tendiendo Puentes- intentamos colaborar para que la diversidad de enfoques se haga explícita. Por lo menos, que se develen los dobles discursos y posiciones escamoteadas, que son las que impiden cualquier debate serio. 


ASTRÓLOGOS ... ¿LEYENDO o TERGIVERSANDO "LA HISTORIA"?
No podemos olvidar, como astrólogos, el fundamento y el sentido de lo que hacemos, que podríamos resumir en:
* intentar conectarnos con el contexto lo más amplio posible: la síntesis cíclica de cada momento.
* asumir la potencia vital de recorrer, con humana conciencia, lo esencial de ese movimiento cíclico, cuya clave reside en las fases de cierre y arranque.
* reconocer la subjetividad de lecturas e interpretaciones (basadas en las creencias de cada astrólogo), en particular si se pretende hacer una historia comprendida desde la astrología, tanto en la carta de un país como en la de un sujeto particular.
* distinguir los niveles que están siempre presentes de manera simultánea y recorriendo las lecturas, contactos, ritualizaciones, etc., suscitados por la astrología:
-el nivel energético: las distancias y los ciclos planetarios, el único dato objetivo dentro de nuestro paradigma.
-el nivel psicológico (individual y/o colectivo) que tiñe, condiciona, encuadra en una ideología o mirada acerca de la vida, la lectura y el consiguiente relato de todo astrólogo.
-el nivel de lo que supuestamente creemos que acontece (o que nos acontece): siempre a través de la interpretación de relatos que compartimos si estamos presentes durante el acontecimiento, o el cruce de relatos variados que recibimos si no hemos estado presentes. 


Este último nivel es incumbencia específica de la práctica histórica; ¿qué hacen los historiadores con lo que ha quedado registrado en la memoria de testigos de sucesos del pasado? Pues los interpretan desde la parcialidad humanamente inevitable de su observación. Tramitar esto a través de documentos o testimonios seleccionados del pasado, incrementa la limitación: la selección queda condicionada desde el vamos por quienes los recogieron, escribieron, editaron, y por qué no... incluso adulteraron. 

EL SÍNDROME ASTOLFI (**)
Se suele confundir la historia del pasado con los libros de historia... ¡y ni siquiera con libros profundos, creativos o por lo menos, producidos por los propios historiadores o investigadores sino directamente con los manuales al uso! En el ingreso a la universidad ya desde el CBC se les transmite a los alumnos esta obviedad, sobre todo a quienes se van a dedicar a las humanidades. Razón de más para sentir alarma cuando se difunden a través de internet -con la impunidad que da el "vale todo"- supuestos análisis que derivarían en un aplazo contundente en cualquier examen de metodología de primer año.

Y se suele confundir la historia reciente con la información periodística. El poder de los grandes medios monopólicos no es el de recortar, editar, no publicar lo que no les conviene, ensalzar lo que sí les conviene; esto lo hacen todos los medios periodísticos, monopólicos o no. El poder oscuro de estos medios es no reconocer desde qué posición ideológica asumida previamente pero consciente acallada, realizan dichas operaciones.

En lo concreto de la Argentina contemporánea y para que se entienda rápido y fácil: todos los periodistas y los programas de opinión de la TV pública, así como los diarios Página 12 y Tiempo Argentino, dicen sin tapujos y explícitamente que apoyan el proyecto de inclusión que actualmente lidera Cristina Fernández de Kirchner (aunque es obvio que le dedican muchas críticas). Mientras que ningún programa de opinión de la TV ligada al grupo Clarín, ni los diarios La Nación y Clarín (por citar sólo los más conocidos) explicitan que son opositores cabales a este gobierno y que apoyan a Mauricio Macri... aunque se autotitulan "independientes". Esto es una mera descripción; no se trata de demonizar a nadie, sólo de exponer la lógica de un comportamiento que se sostiene en un doble discurso.

La consecuencia es una inevitable doble moral y es la misma que se traslada a los investigadores o aficionados a la astrología cuando analizan la Carta de la Argentina sin reconocer previamente su filiación o su opción política... ¡opción que luego resulta elocuente con sólo leer las conclusiones! E
l ocultamiento es aquí mucho más peligroso porque ante muchas almas incautas estos astrólogos o seudo-astrólogos se presentan como expertos en "lo que las estrellas nos obligan a seguir", derrotero que obviamente sólo ellos conocen. 

O sea amigxs: aquí estamos ante el famoso arquetipo del mago, en todo su paupérrimo esplendor. No dejo de aceptar que muchos astrólogos ignoran las consecuencias de su escasa formación y que por lo tanto este arquetipo los domina pese a sus muchas e indudables buenas intenciones. Pero eso no implica que callemos o disimulemos las perniciosas consecuencias.


EL AUTODIDACTISMO, FIEBRE INFLAMATORIA DEL EGO.
Hay prácticas favoritas para estas simplezas y simplificaciones: la "historia" es una de ellas. La "astrología" es otra... Las comillas van porque se trata de estereotipos de la historia y de la astrología, narraciones subjetivas pero no reconocidas como tales -lo que enriquecería el enfoque y el relato- sino enhebradas, en lo que hace a la astrología, en recortes parciales de la síntesis cíclica de cada momento del cielo (tomándose ciclos por separado y no integrados en una síntesis cíclica).

Ni hablar de los recortes de "los hechos históricos" que supuestamente validarían ese ciclo aislado: tomados de textos del secundario, en el mejor de los casos extrapolados a partir de algún texto de historia de difusión general, que ni siquiera se cita como fuente. Esos contenidos se mencionan impunemente como pruebas contundentes -y con toda ¿inocencia, ignorancia, mala intención?- bajo el supuesto de que: "es obvio que en tal año lo que ocurría era esto, lo dicen los libros de historia". Frase que equivale a "lo dice la gente... entonces debe ser cierto", cada vez que algún seudo-periodista intenta instalar una sospecha carente de pruebas en el noticiero de difusión masiva de cualquier canal monopólico.

Pedimos a nuestros colegas y alumnos estar atentos, cuando se dispongan a escribir, porque sin un entrenamiento previo en metodología de la investigación es fácil y tentador caer en el facilismo de demostraciones históricas supuestamente "sostenidas en lo astrológico". No es tan difícil investigar en serio, si se le dedica tiempo y formación. No inspiremos vergüenza ajena, no alimentemos los prejuicios de quienes al leer esas banalidades creen ver confirmado que sólo puede ser astrólogo alguien con escasa formación y cultura general.

Cada historiador, cada ensayista... selecciona sus testimonios en función de sus creencias, por más amplias que éstas sean en algunos casos. Desde los lejanos años 60 esto es parte de la formación de cualquier carrera humanística: no estamos invocando ninguna teoría nueva ni revolucionaria.


EL ESTEREOTIPO DEL ASTRÓLOGO "NEUTRAL"
Lo mismo ocurre con el astrólogo: no es alguien que mira desde el punto de vista del centro del Sol. Mira desde su muy humana y bienvenida posición aquí en esta sagrada Tierra... ¿por qué ocultar entonces, por qué no expresar desde qué ventana ideológica consciente o de creencias globales se están recortando esos supuestos testimonios históricos? ¿Quizá por cierta vergüenza en reconocer los textos infantiles o los programas de TV en los que se ha inspirado el relato, quizá por creer que realmente se puede estar mirando desde una síntesis ya lograda, un equilibro ya realizado, una calzada real de individuación ya recorrida?

Así también la pretendida “neutralidad” esgrimida por algunos periodistas, comentaristas y editorialistas es una falacia peligrosa porque atiende a ocultar la real posición subyacente, que por algún motivo -de nuevo ¿vergonzante?- se intuye que no conviene ser explicitada o mostrada a la luz del sol. Si esta modalidad -apreciada en la dinámica empresarial mediática- se cuela en el sistema de interpretación de un astrólogo o de cualquier investigador de lo humano, sus productos quedan condenados a una inminente degradación.

Es penoso tener que aludir a asignaturas pendientes tan básicas cuando se está intentando dignificar una actividad como la astrología. Sin justificarla, se puede quizá entender la tentación de algunas personas a pontificar de manera tan elemental: es sencillo concitar aplausos en un auditorio que no reflexiona sobre estas cuestiones y que sólo adhiere a slogans remanidos o a confirmaciones tranquilizadoras de los estereotipos tribales. Esto no ocurre sólo entre los seguidores adormecidos de algunos programas de TV, también ocurre entre muchos consumidores de sabiduría cósmica, entregada a través del cómodo delivery de facebook o de algunos sites de internet.


LA OTRA CAMPANA
Pero por suerte existen muchos astrólogos a quienes -además de lo psicológico colectivo e incluso lo esotérico- les interesa también la historia, la política y la cultura, asumiendo lo complejo de su abordaje si se intentan trabajos creativos de investigación.

Nuestro grupo de astrólogos inició en julio de 2010 una propuesta y en los años posteriores el emprendimiento se asentó, creció y profundizó. En círculos varios, en intercambios con otros investigadores de las humanidades y en reuniones presenciales de distinto tipo, se ha visto ya el brote germinar y ahora se percibe cómo crecen sus primeros tallos y hojas.

La carta de presentación de nuestro grupo sigue vigente ***. Seguimos intentando ser explícitos y visibles, exponiendo nuestras opciones para todos quienes siguen lo que colgamos en nuestro muro de facebook y en nuestro blog. Seguimos tendiendo puentes con quienes, igual que nosotros, perciben la obviedad de encarnar posiciones y de debatir desde ellas, sin temerle a la sana confrontación que mantiene vitales las mentes y limpias de telarañas egoicas las emociones. 

Gracias a todxs, hasta pronto.
Olga Weyne. Buenos Aires (CABA) 13 de julio de 2015

NOTAS
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(*) Para este escrito seleccioné algunos conceptos de un artículo que, en dos partes, fue publicado en el blog de Astrólogos Argentinos Tendiendo Puentes (AATP) con fecha setiembre de 2013.
El arte de iniciar, la potencia de invocar (parte uno)
El arte de iniciar, la potencia de invocar (parte dos)

El estímulo para reeditarlo tuvo que ver con lo que mencioné más arriba: en el día de ayer colgué en mi muro de facebook un comentario que dio bastante que hablar, dentro de nuestras redes. Si quieren leer de qué se trata, hagan clik aquí:
Compañeros de viaje incómodos


(**) José Carlos Astolfi: autor de manuales de historia super concentrados, meras crónicas enumerativas de sucesos, que usaron muchos estudiantes secundarios de la generación de Plutón en Leo (que cursaron su primaria hacia los años 40-50 y su secundaria en torno a los 60). Otro clásico de la época era sin duda el Manual del Alumno Bonaerense.

(***) Estas son las fases de presentación en la portada del blog de Astrólogos Argentinos Tendiendo Puentes:
Nos proponemos: sumar una mirada que colabore con el nuevo clima de intercambio político-social reabierto en nuestro país.
Hacer más accesible nuestro lenguaje y poder retraducir a todos nuestros mapas, lecturas y propuestas.
Contribuir a que la astrología deje de ser una burbuja para "iniciados" y se transforme en un aporte a la apertura de estos tiempos.